En relación
con el crecimiento acelerado que han experimentado las tecnologías de la
información y la comunicación, la sociedad en general ha sido impregnada con
importantes cambios en su manera de pensar de percibir y de acercarse al mundo,
y por supuesto que la educación no ha sido la excepción en este contexto que ha
sido intervenido y afectado por las tecnologías de la información y de la
comunicación.
Las redes
de conocimiento permiten concebir asociaciones heterogéneas de individuos y les
permite trabajar conjuntamente en actividades y objetivo compartidos, y a la
vez, disponen de herramientas que permiten dinámicas participativas desde la
horizontalidad y posibilitan el trabajo colaborativo, es meramente importante
estudiar las interacciones que se dan en el interior de dichas estructuras para
develar si realmente esas nuevas dinámicas permiten a sus integrantes llevar a
cabo procesos formativos a partir de la
comunicación y la creación de la gestión del conocimiento. “Las redes del
conocimiento pueden entenderse como agrupaciones que tiene intereses comunes
como compartir, cooperar, aportar a la solución de problemas, intercambiar
información y conocimientos, entre otros”. (Arias., Ramírez., Aedo y Edison
2014, p.54)
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